domingo, 16 de diciembre de 2012

Bukear – II- OLEO DE UNA MADRUGADA MÁGICA: PENSAR SIN MUSA. « Tony Cantero Suarez

Bukear – II- OLEO DE UNA MADRUGADA MÁGICA: PENSAR SIN MUSA. 

II- OLEO DE UNA MADRUGADA MÁGICA: PENSAR SIN MUSA. 

  II- OLEO DE UNA MADRUGADA MÁGICA, PENSAR SIN MUSA

vía Bukear – II- OLEO DE UNA MADRUGADA MÁGICA: PENSAR SIN MUSA.
Prologo: 

Quizá por obra y gracia de esas cosas inescrutables que circundan los hechos de nuestras vidas; quizá por ese carácter casi ilusionista que envuelve a cada uno de los acontecimientos que van conformando nuestro impredecible e inimaginable transcurrir cotidiano.

Quizá porque vamos andando nuestro camino haciendo caso omiso a la dirección que nos va marcando ese gran timón que he dado en llamar: “causalidad”; o quizá simplemente por designios caprichosos
y por qué no, hasta divertidos de este talentoso autor TONY CANTERO SUAREZ, es que me encuentro aquí, en Buenos Aires, Argentina, escribiendo este prologo con la misma intensidad con que me sentí irremediablemente enamorada de su obra desde el primer verso que leí.
Pienso y digo que el encantador oficio de escribir con el que uno nace, no se hace, es ejercido aunque no siempre con liber-tad, por una cantidad de personalidades imposibles de mencionar, en cada uno de los rincones de este vasto mundo. Con el transcurrir del tiempo y del creciente interés por la lectura, ya que me autodefino como una lectora voraz y curiosa privilegiada por el trabajo cotidianamente desarrollado, he conocido muchísimos autores. De todos ellos he atesorado enseñanzas, como sensaciones infinitas.
No obstante hubo un día inconmensurable; un instante pictórico; un momento mágico en el que me topé con la prosa de este ge-nialísimo escritor cubano que con su obra, toda, ha dejado huellas indelebles en mi alma de mujer.
TONY CANTERO SUAREZ, cuenta con un estilo único y personal; esto lo perfuma tanto de una identidad literaria atípica, como de una impronta genuina inapelable, donde salta a la vista una aptitud y una urgencia carente de medias tintas. Destaco su constante sensualidad en el decir, como a cada una de sus letras, donde, toque el tema que prefiera, lleva el sello de esa libertad incondicional que caracteriza sus textos y lo hacen aparecer ante nuestros ávidos ojos, como a un poeta casi épico en el transcurso de un romanticismo con diferentes matices, que, aún “sin musas” se da el lujo de hacernos llegar a la glo-ria con cada interpretación narrativa.
En lo personal amo la poesía erótica y es un género para nada simple desde la elaboración de una obra, sobre todo, por aquello de no caer en lo burdo o inelegante al describir esas situaciones que deseamos dejar en la imaginación de cada lector. Tony logra desbordar en emociones a quien lo “deguste” ya que ése es el término apropiado. Escribe con sentimientos, con olores, con sabores; juega artesanalmente a ser un prestidigitador de las palabras; se contorsiona verborrágicamente con esa característica que lo define como a un creador de instancias casi cinematográficas, con las cuales miles de nosotros, lectores, no podemos dejar de sentirnos identificados.
Confieso que el que me ocupa no es un prologo técnico donde se cuentan detalles específicos de la obra en sí; el mío es un homenaje a un poeta que admiro más allá de toda duda razonable porque conozco en profundidad su talento, que no es otra cosa que esa sensibilidad gigante que lo abarca todo; que lo posee; que lo nutre de toda esa belleza que luego viene a volcar, desnudo de todo prejuicio. Y va calando hondo en la existencia de todo aquél que cuente con el privilegio de su lectura.
Es imposible no reconocer en él características de mis queridos “Poetas Malditos”. Es innegable detectar una creciente adicción por sus narraciones; es impensado no escuchar sus vídeo poemas como por ejemplo “Mujer de fuego a ella la llaman” y no percibir en el cuerpo todo un abanico de sensaciones que sólo “un Elegido” es capaz de generar.
Sinceramente podría yo estar mucho más tiempo del que demoraran uds. en leer este egregio volumen, contándoles respecto a las estelares condiciones que veo en TONY CANTERO SUAREZ; elijo mil veces, desde el lugar del espejo donde lo miro detenerme, aquí en este sentimiento que mi corazón imprime a mis palabras e invitarlos gratamente y con el honor que me ha conferido, gesto que no me alcanzará la vida para agradecer, a comenzar ya con esta verdadera aventura para los sentidos, todos, que es iniciar la lectura de su primer capítulo titulado “A los Duendes”.
Con mi mayor respeto y mi sempiterno cariño.
OLGA SCHUNK (Directora Editorial)
Buenos Aires-Argentina
Febrero de 2012

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